Delirios y cálculos de fray Calculetti

        Hoy fray Jeronimiano estaba de buen humor. Las carcajadas se escuchaban desde el corredor, así que lo fui a ver para pedirle un poco de mesura, porque varios cofrades estaban un poco molestos.

–«Es que no puedo, ¡no pue, pue, pue- doo! ¡juuaaa, jua, jua, jaaaaa!». Mientras me respondía, trataba de contener la risa, y de secarse las lágrimas que le causaban sus propias carcajadas. Entonces pensé que lo conveniente era apuntar a distraerle un poco la atención, haciéndolo hablar.

–«Pero ¿qué fue lo que pasó, a qué se debe esta inconsueta hilaridad?».

–«Jaaa…». En fin, pensé que la cosa no iba a funcionar, pero poco a poco Fr. J. del Rey  fue recobrando la compostura y empezó a contarme.

–«Es que son los recuerdos de algunas cosas de Fr. Calculetti. No sé porqué pero hoy me vinieron a la mente y… jaaa, ja, ja, jaaaa». Parecía que la cosa se largaba de vuelta.

–«Pero contáme, qué cosas».

–«Mirá. El día que se recibió de doctor, durante la minifiestita, se mandó una calculeada típica, pero típica, típica de él. Se preguntó en público y en voz alta cuál era el lapso de tiempo que la Iglesia consideraba para estudiar el ejercicio heroico de las virtudes, y después de haberse enterado de que se consideraban los diez últimos años de vida, ¡se puso a calculear cómo sería la situación con el fundador!».

–«¡Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!».

–«Perá, perá –me dijo–, esperá que viene otra. La segunda es monumental. Apenas lo nombraron superior, dijo en público que, así como san José conserva en el Cielo una cierta autoridad sobre Jesús, porque fue su padre putativo en la tierra, así también ¡se conservará en el Cielo la relación de superior-súbdito!».

–«¡JAAAAAAAAAAAAAAA!!».

–«Pará, pará, ¡bajá la voz vos ahora! Viene la otra. La tercera es mejor todavía. Se puso el disfraz de filósofo y largó la filosofía de la obediencia».

–«¿Filosofía de la obediencia?».

–«Sí, por supuesto, más cuadriculada que los ejes cartesianos. Su teoría era la siguiente: así como la forma informa toda la materia y no queda ningún margen de la materia sin ser informado por la forma, por la obediencia el superior se compara al súbdito como la forma a la materia y entonces ningún aspecto de la vida del súbdito tienen que estar al margen del control del superior».

–«¡JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! ¡JUAAAA, JUA, JUA, JUAAAAAAAAAAAAAA!!!».

–«¡JUUUAAAAAAAA, JAA, JUAAA!».

 

Se ve que nuestras carcajadas se hicieron sentir, porque enseguida vinieron varios cofrades a golpear la puerta de la celda de Fr. Jeronimiano para pedirnos un poco de mesura.

Es difícil. Todavía nos estamos riendo.

 

 

Fr. Juan del Monte

 

15 comentarios en “Delirios y cálculos de fray Calculetti

  1. Sigo sin encontrar la foto donde salen las ex matarazas en Francia. En el grupo de facebook sólo aparece la ex mataraza de Pilar, pasen o suban la otra!!!!!!!

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  2. Y pensar que Fray Calculetti tiene tantas pollas de dirigidas…no quiero imaginar el resultado de aplicar sus principios a la vida religiosa, como ese de la obediencia. Signore pieta’!!!

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  3. es un formalista. tiene que leer mas al Papa Francisco

    La realidad es más importante que la idea

    231. Existe también una tensión bipolar entre la idea y la realidad. La realidad simplemente es, la idea se elabora. Entre las dos se debe instaurar un diálogo constante, evitando que la idea termine separándose de la realidad. Es peligroso vivir en el reino de la sola palabra, de la imagen, del sofisma. De ahí que haya que postular un tercer principio: la realidad es superior a la idea. Esto supone evitar diversas formas de ocultar la realidad: los purismos angélicos, los totalitarismos de lo relativo, los nominalismos declaracionistas, los proyectos más formales que reales, los fundamentalismos ahistóricos, los eticismos sin bondad, los intelectualismos sin sabiduría.

    232. La idea —las elaboraciones conceptuales— está en función de la captación, la comprensión y la conducción de la realidad. La idea desconectada de la realidad origina idealismos y nominalismos ineficaces, que a lo sumo clasifican o definen, pero no convocan. Lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento. Hay que pasar del nominalismo formal a la objetividad armoniosa. De otro modo, se manipula la verdad, así como se suplanta la gimnasia por la cosmética[185]. Hay políticos —e incluso dirigentes religiosos— que se preguntan por qué el pueblo no los comprende y no los sigue, si sus propuestas son tan lógicas y claras. Posiblemente sea porque se instalaron en el reino de la pura idea y redujeron la política o la fe a la retórica. Otros olvidaron la sencillez e importaron desde fuera una racionalidad ajena a la gente.

    233. La realidad es superior a la idea. Este criterio hace a la encarnación de la Palabra y a su puesta en práctica: «En esto conoceréis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios»
    (1 Jn 4,2). El criterio de realidad, de una Palabra ya encarnada y siempre buscando encarnarse, es esencial a la evangelización. Nos lleva, por un lado, a valorar la historia de la Iglesia como historia de salvación, a recordar a nuestros santos que inculturaron el Evangelio en la vida de nuestros pueblos, a recoger la rica tradición bimilenaria de la Iglesia, sin pretender elaborar un pensamiento desconectado de ese tesoro, como si quisiéramos inventar el Evangelio. Por otro lado, este criterio nos impulsa a poner en práctica la Palabra, a realizar obras de justicia y caridad en las que esa Palabra sea fecunda. No poner en práctica, no llevar a la realidad la Palabra, es edificar sobre arena, permanecer en la pura idea y degenerar en intimismos y gnosticismos que no dan fruto, que esterilizan su dinamismo.

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  4. La pregunta del millón
    Cómo llegaron a tal proceso de despersonalización que tenga tales raices y que haya cundido como pandemia? (el hombrecito que habla y toma decisiones que aparece en el zipper del coco está genial)
    Repiten las mismas burradas aquí y allá con las mismas consecuencias cuando la realidad los apela a reconocer algo distinto. De las enfermedades creo que es la peor.
    Me quedo con mi antecesor androide primera versión que me exige un comportamiento moral acorde a la realidad.
    Es realmente INSUFRIBLE que un cristiano, catequista, sacerdote, licenciado y hasta algun doctor (después de cuantos años de estudio!!) esten embarcados en esta cruzada «mística» pero más carnal que los huesos de un puchero (a buen entendedor).

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  5. «y la mayor de ellas es la caridad» (1 Corintios 13,13).
    Esa es la métrica, bien clarita, del Reino de los Cielos !
    -cuasi «subversiva» de los rankings mundanos…
    Lo ha recordado recientemente el Papa Francisco:
    «la ÚNICA virtud que no se puede exagerar es la Caridad».

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