Noeces y desnudeces…

noePor ese entonces, también Fray Turcus se había vuelto prácticamente monotemático. Su pasado de «peronista-sindicalista», con sus buenas intenciones y su habilidad para abrazar y promover las causas populares, había quedado bastante atrás: ahora se había identificado con el relato y era un ferviente y decidido miembro de la ivámpora, un oficialista todo terreno, decididamente abocado a la defensa de lo indefendible.

En los últimos tiempos pretendía encontrar reparo en la mismísima Biblia, para sorpresa, perplejidad y también horror de sus viejos cofrades, amigos de otros tiempos, que, exactamente al revés de lo que él proponía, habían preferido la verdad antes que a Platón…

Uno de los episodios más sobresalientes ocurrió en una de las reuniones internas de la casa. Fue allí que comenzó a referirse a Noé, un patriarca normalmente ignorado y dejado en el olvido, a no ser para hacer alguna que otra broma acerca del Arca. En los últimos meses se había puesto de moda hablar de Noé: era la bajada de línea oficial y él, fiel ivamporista, se plegaba a ella ciegamente.

«Los hijos no tienen que descubrir la desnudez de su padre, o sea, jamás es lícito hablar mal del prójimo» –comenzó. Y prosiguió: «Los hijos no tienen que descubrir la desnudez de su padre, o sea, jamás es lícito hablar mal del prójimo». La conclusión fue la prevista: «Los hijos no tienen que descubrir la desnudez de su padre, o sea, jamás es lícito hablar mal del prójimo».

–«Ah, bueeee…».

Fray Jeronimiano del Rey seguía con su costumbre de codearme y hacerme algún comentario cada vez que algo en una prédica no le cerraba o lo indignaba. El «ah, bueee» le había salido espontáneo, nítido y fuerte; no pudo evitarlo. Fray Turcus lo miró como para fusilarlo, como miraban los ivamporistas –que tenían «buen espíritu»– a los disidentes –que tenían «mal espíritu»–.

Pero… bueno, ¡pobre Fr. J. del Rey! La sanata, repetitiva y circular, lo había exasperado. Porque eso de evitar mirar la desnudez del padre traducido en clave de «jamás es lícito hablar mal del prójimo» era la conclusión, la idea principal y, a la vez, la idea inicial: Fray Turcus no salía de ahí y Fr. Jeronimiano no paraba de hacerme comentarios, sin poder ocultar su legítima indignación ante la inaprobable soflama.

Como éramos pocos, no pude registrar cada una de sus observaciones, por cierto bastante agudas. Pensé que las iba a perder para siempre, pero, gracias a Dios, el mismo Fr. JdR apareció un par de horas más tarde en mi celda, con un par de páginas que contenían el análisis del texto y la refutación de la absurda aplicación propuesta por el oficialismo, para que las leyera y le diese mi parecer. Si bien no me dejó quedarme con ellas, mi memoria me permite reproducir casi literalmente amplios períodos. En sustancia, afirmaba lo siguiente.

        Estos tipos siguen en la misma y ahora buscan refugio en la Biblia. También el demonio citaba la Biblia para sus perversos proyectos: tentar al mismísimo Mesías. Todos los herejes la usaron, y todas las sectas. Estos tipos no tienen límite.

        El texto está interpretado de manera tendenciosa y falsa, subordinado a la intención no declarada pero operante de defender una postura y una estrategia.

        El texto habla claramente, ante todo, de la relación prácticamente directa entre la embriaguez y las vergüenzas de la indecencia. De esto, no dijeron ni «mu». No les convenía.

        El texto habla de la necesidad de cubrir la desnudez del padre: es decir, del respeto reverencial que lleva a buscar REMEDIARLA. De esto, tampoco dijeron ni «mu». Para cubrirla y remediarla, hace falta reconocerla y aceptar la realidad. Seguir suministrándole los medios, ya sea en especie fermentada o bien destilada, ya sea en especie hefébica, NO es remediarla: es mantenerla. Y eso es lo que hicieron y siguen haciendo al menos en parte estos hipócritas.

        En el texto, el «no mirar» significa, sí, el no quedarse con eso y no insistir en el asunto, en mantener el respeto por la figura paterna… pero ¡todo ello en función de remediar su miseria! No se trata en absoluto de ignorarla o de negarla o de hacer que no se vea pero dejándola como está. En la imagen figurada que propone el texto, los hijos cubren la desnudez, es decir, visten al padre: no es que cierran la tienda para que nadie vea y lo dejen, de todos modos, desnudo. Caridad es aquello, hipocresía esto otro. Y más hipocresía aún si dijeren, puertas afuera, que puertas adentro está todo bien, con santidad ejemplar. Y que estamos mejor que nunca. Lamentablemente es lo que hacen.

        En el texto, Noé se deja cubrir, no rechaza el remedio: de lo contrario, se haría despreciable ante los propios hijos. Los buenos hijos socorren al padre y el buen padre se deja socorrer. Seguir suministrándole los medios al rey para que siga desnudo, seguir contratando sastres embusteros y seguir aplaudiendo con la sonrisa de Boudou contra conciencia y verdad manifiesta mientras el rey pasea su desnudez como si nada, todo ello constituye un absurdo que no encuentra asidero en texto bíblico alguno.

        El texto habla, además, de otra cosa. El pecado de Cam, por el cual después se maldice a Canaán, que es su descendencia, no es el simple mirar o darse cuenta: su pecado es el sacar provecho de la situación (Gn 9,24: Noé supo lo que le había hecho Cam…). En efecto, el texto dice que «vio la desnudez de su padre». La expresión «ver la desnudez» en el AT es un eufemismo que significa aprovecharse sexualmente, sacar ventaja, obtener una gratificación sexual a partir de cierta vulnerabilidad, con especial referencia al incesto (Lev 18,6; 18,7; 18,8; 18,9; 18,12; 18,14; 18,15; sobre todo 20,11; 20,17; 20,21; Deut 27,20). Ello explica la reacción terrible de Noé, su durísima maldición contra la descendencia de Cam y no directamente contra Cam. También ello explica que Cam salga afuera y comente la cosa a sus hermanos: los invita a aprovecharse también ellos de la situación. Y explica la actitud de los hermanos: no aprovecharse de la situación, sino poner remedio. También se lee entre líneas, sin mayor esfuerzo, que el episodio fue puntual y aislado: Noé no era un alcohólico ni un pervertido; no se trataba de conductas habituales sino de un hecho aislado –lo cual hace más grave y más reprobable la conducta ventajera de Cam–.

       Pero todo esto no lo dijeron. Ni lo vieron. Porque, de haberlo notado, no hubieran podido ocultar la otra cara de la moneda: tampoco el padre tiene que «ver la desnudez» de sus hijos, tampoco aprovecharse de la natural vulnerabilidad propia de la relación de confianza filial. Un padre que aprovecha tal relación de confianza para obtener alguna ventaja o gratificación es objetivamente una abominación, lo peor de lo peor; la negación obstinada de dicha violencia constituye la especie de ceguera voluntaria más grande que se pueda imaginar; y el decidido propósito de mantener y promover la imagen impoluta y santa de semejante personaje configura la especie más refinada de hipocresía.

Por supuesto: como de costumbre, Fray Jeronimiano del Rey exageraba. Pero hacía pensar. Y rezar.

Fr. Juan del Monte

23 comentarios en “Noeces y desnudeces…

  1. conozco a varios a los cuales los «mantuvieron desnudos», los mandaron a Guantanamo e poi marcados para siempre como «tipos que tuvieron o tienen problemas». El recurso al «carpetazo» es su forma de gobernar…

    Me gusta

  2. Fray Turcus es un caradura… Hace poco le decia a un amigo de la Estancia que «al Irreprochable en nuestras reuniones lo animabamos a tomar porque cuando se ponia alegra decia cosas divertidas»… Y les juro que lo dijo.

    Me gusta

  3. Aldopetti la otra vez le aseguraba a unos jovencitos de la Estancia que jamás habia notado un comportamiento extraño del Irreprochable en relación a la bebida… habrá mentido ??

    Me gusta

  4. El Supremo le confesó a un amigo que en el 2007 le hizo una corrección filial al Irreprochable relativa a la ingesta de destilados… en serio que ahora no sabe nada del tema ???

    Me gusta

  5. El Jefe de la región donde se encuentra la Estancia comentaba no hace mucho: «si, nosotros lo veiamos al Irreprochable en las Pro, como tomaba, y nos preguntabamos como podríamos ayudarlo… Porque daba pena ver como terminaba»

    Me gusta

  6. El Patata dulce, uno de los eternos contaba tiempo atrás que en las pro cuando veia que el Irreprochable tomaba demasiado buscaba de alejarle la botella del destilado…
    (este es además uno de los encubrideros de los caso del 2010)

    Me gusta

    • Yo fui encargado de hacer las compras para la aldea por dos años seguidos, cada semana que salíamos a hacer las compras era necesario comprar una caja (no recuerdo si venían 3 o 4 botellas) de criadores para las reuniones eutrapélicas post-cenam de los aldeanos superiores… y cuando teníamos visitas de alguno de los eternos o del mismisimo Irreprochable, el encargo era el mismo más una botellita de te destilado de mejor calidad, obviamente para agasajar la visita…

      Me gusta

  7. Un laico de la Aldea recordaba como el Irreprochable estando en la casa del lago se habia puesto en dope pero «fue re-vivo porque en un momento mando a todos los seminaristas a la playa y se quedó con uno a quien le pidió que lo acompañara a la habitación… No podía caminar solo de lo mal que estaba» ….

    Me gusta

  8. Lo notable de Fray Turcus es que siempre ha sido obsesivo (hasta el hartazgo) con relación a los temas relativos a lo sexual. Pero ahora… Noé
    Hay que tapar

    Me gusta

  9. Me parece que la idea del post no es insistir sobre las debilidades de una persona, quienquiera ella sea, sino develar la actitud hipócrita de quienes las niegan y ocultan a la vez que las promueven o consienten, procurando al mismo tiempo generar ad extra y ad intra una imagen de santidad. Creo, con todo respeto, que algunos comentarios van en la primera dirección, y están fuera de lugar.

    Me gusta

  10. Creo que estos ultimos comentarios solo son fruto de esa grave impresión, dificil de digerir y de justificar que nos causó a muchos aldeanos que entramos de buena fe, sin compromisos pasados ni futuros.
    Considero grave, gravisimo aprovecharse de la debilidad psico moral de cualquier individuo, ejercida para arriba o para abajo, ejercida con un «padre» o con un subdito……..Pero lo que me impresiona es la volutad de encubrir de parte de padre y subditos esta realidad……me refiero al alto grado de complicidad……para llegar a este grado es evidente la dependencia psico moral de estos individuos apegados al relato………La única respuesta que encuentro es que el hecho de que esto (las faltas del Irreprochable) salga a luz probablemente descubra la desnudes de otros Noes…..
    A buen entendedor, pocas palabras…………..
    Con la mejor de las intenciones

    Me gusta

Deja un comentario